Las habilidades
vocacionales y personales que debe poseer el Traductor se resumen en las
siguientes percepciones:
● La comprensión es una condición esencial de los
procesos de Traducción e Interpretación, porque es imposible la expresión en
nitidez, sin esta condición.
● El Traductor y el Intérprete debe tener un
conocimiento profundo de la lengua original, un excelente nivel de análisis y
un amplio conocimiento en torno a las materias tratadas y, en general, un
amplio nivel cultural, en muchos ámbitos.
● Debe ser un redactor de excelencia, de tal forma que
sus desempeños sean traducciones fluidas y naturales.
● Debe trabajar con rigor y precisión, de tal forma
que sus escritos reflejan con fidelidad la información contenida en el
original.
● La Traducción especializada suele comportar
búsquedas terminológicas y documentales, así como la consulta de especialistas
del ámbito en cuestión. Este tipo de traducción exige espíritu crítico,
capacidad para informarse y sentido de la iniciativa.
● Debe tener una buena capacidad de adaptación y de
organización, debido a que los plazos le obligan, frecuentemente, a trabajar
bajo presión.
Las habilidades vocacionales y personales
que debe poseer el Intérprete se
resumen en las siguientes percepciones:
● Debe tener una excelente expresión que le permita
comunicarse con la misma claridad y eficacia que el orador. No tiene tiempo
para dudas, debe estar al corriente de la actualidad y seguir de cerca la
evolución de los ámbitos en que trabaja.
● En un trabajo autónomo, debe demostrar intuición,
capacidad de adaptación y rapidez de reacción, para no perder el temple en las
situaciones más desestabilizadoras, ante cualquier orador.
Debe ser sensible a las diferencias culturales y al
contexto en que se expresa el orador, para plasmar su intención con diplomacia
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